Me diagnosticaron hace 2,5 años [el VIH] y aunque ya estoy indetectable, siento que mi cuerpo hace implosión lentamente y con esto quita el soporte para mi estabilidad emocional. Cuando me diagnosticaron, no vi la mayor importancia a la enfermedad. "Hay otras peores, ¿no?", pensé en ese entonces. Pero con el tiempo me di cuenta de que esto estaba "capando" mi vida sentimental. Ya no podía empezar a hablar con alguien sin pensar en el momento en que le tuviera que contar que estaba infectado. ¿Qué iba a pensar esta persona sobre mí? ¿Y si lo contaba a más personas? ¿Qué percepción iban a tener los demás? Mi reputación se iría al carajo.
Y bueno, a esto se suma el hecho de que he sufrido de ansiedad leve, pero con la universidad y el trabajo, esta se incrementó mucho más, hasta ahora. Pude terminar mi carrera, pero siento que las secuelas de la enfermedad se hacen cada vez mayores, sumadas al estrés y la ansiedad no me van a dejar vivir mucho más.
La densidad ósea [de mi organismo] disminuyó, los efectos secundarios del tratamiento incrementaron la depresión (se considera cambiar esquema). Siento que mi hígado está mucho más débil, he perdido peso y cabello, etc. Todo se está juntando con una falta de motivación para hacer algo por mí mismo. Y aunque en estos momentos tengo una pareja, hace dos meses, siento que se va a cansar en cualquier momento de verme en esta situación y me va a dejar; cosa que no le reprocharía tampoco.
Y la cosa es que apenas tengo 27 años, pero siento que mi cuerpo tiene 50. Ya no quiero más esto.