Estuve ingresado en un sanatorio, donde me obligaron a permanecer seis meses sin poder salir, hasta que una comisión médica decidió que me podía ir a casa. Pasé unos meses duros y tristes. Hoy, gracias a Dios, ya no existen estos sanatorios en Cuba, y la persona que en la actualidad da positivo al VIH pues se queda en su hogar y recibe atención médica.
Fue ciertamente horrible para mí afrontar tan joven esta enfermedad. Por fortuna, la llevo sin demasiados problemas de salud. Estoy bien. Lo único que me ha hecho sufrir es no haber encontrado en mi vida a un compañero que tenga VIH como yo: me siento muy solo, pues las personas temen mucho esta afección.
Soy una persona buena de corazón y de sentimientos, pero el VIH me ha quitado la posibilidad de ser feliz con alguien. Espero que todos lleguemos a ser felices algún día y que se nos mire tal como somos, personas normales, sin el temor de tener el virus. Si deseas comunicar conmigo este es mi correo en Cuba cristi@fcm.cav.sld.cu
Sean muy fuertes para continuar en esta lucha.
Saludos desde Cuba.