Soy seropositivo desde hace 4 años, aproximadamente. Me detectaron el VIH al ingresar en el hospital por dolencias de origen pulmonar y cuadro de SIDA. Antes, no había sufrido enfermedades de ningun tipo, pues mi régimen de vida era sano en alimentación, ejercicio, etc.
En el ingreso, me detectaron un índice de T4 (o CD4) de 40 copias, o sea, que estaba al borde de coger el camino de no retorno. Al comunicármelo, me indicaron que vendría un psicólogo para ayudarme, a lo cual respondí que no hacía falta, ya que el único que podía ayudarme era yo mismo; que esto era un desafío más en la vida que se me habia presentado y que le haría frente. Al salir del trance, pues, estuve 15 días ingresado y, vista la buena evolución del tratamiento que me habían aplicado, mejoré bien.
Dejé constancia escrita de mi mejoría en el hospital, dando las gracias al equipo médico que me trató y al personal sanitario por darme la oportunidad de seguir viviendo (es de bien nacido ser agradecido), y me preparé para el desafío de llevar el dichoso virus conmigo toda la vida, procurando por todos los medios a mi alcanze no darle respiro para que no me amargue la vida.
Empece el tratamiento con 4 pastillas diarias de antirretrovirales. Paralelamente, le pregunte al médico si podía tomar algún remedio homeopático a base de plantas naturales. Empecé a investigar las plantas que mejor podían ayudarme. Me llamó la atención un té elaborado con un hongo milenario llamado Kombucha, con propiedades beneficiosas para la mejora de todo el organismo, por ser una simbiosis química de productos naturales.
Decidí probarlo, pero elaborado con té blanco, lo cual vi que nadie hubiera hecho o no tengo testimonio de ello. El resultado es que me encuentro muy bien, no he notado ningún efecto secundario de la medicación, ni molestias digestivas, dolores de cabeza, señales cutáneas, dolores articulares… En definitiva que, salvo por las 4 pastillas antirretrovirales, mi vida ha mejorado en un 90%.
Sigo con una dieta mediterránea y hago ejercicio diario andando 8-10 km. Trabajo de 8 a 10 horas y estoy fenomenal; tanto, que le hice un comentario a mi doctor: "¿Sabe que algunas veces me alegro de que me pasara esto? He aprendido a valorar mucho más todo lo que me rodea, tanto a las personas que te quieren de verdad, con enfermedad o sin ella, como el comportamiento humano. Estaría escribiendo mucho más, pero hay que dar fin.
Sólo decir que me tiene a su disposición quien quiera ampliar conocimientos sobre el Kombucha y el Kefir de agua, el cual regalo a quien precise.
Un abrazo a todos y adelante, que la vida sigue…
