Mi diciembre fue horrible. En enero, decidimos hacernos una prueba ELISA de cuarta generación. Ya habían pasado 100 días, cuando fui a retirar el examen me desmayé. Pedí mucho a Dios, oré al leer que el examen de mi esposa salió no reactivo. Casi no me lo creía.
Solo sé que cuando tuve un contacto de riesgo sentí ese miedo y evité estar con mi esposa. Los especialistas me dijeron que mis CD4 estaban bajos, lo que indicaba que, posiblemente, llevaba mucho tiempo con eso, lo cual me angustiaba más y más.
A Dios debo este milagro que me permitió estar más tranquilo, necesitaba esa paz para mi salud, ya que estaba mal. No dormía bien.
Estoy luchando, mis antirretrovirales no han llegado porque en Venezuela es un rollo. Sin embargo, soy positivo ante esto, tomando vitaminas, inyectándome y comiendo bien. Esto hay que tomarlo con calma. Dios ayuda, hay que tener fe.