Entre estos factores colaterales al VIH, se encuentran:
Falta de apetito, debido al estado emocional (depresión, angustia…), cándidas, nauseas y vómitos (lesiones en la zona, efectos secundarios de la medicación…), debilidad, fatiga, apatía, fiebre, que aumenta nuestras necesidades metabólicas.
Las consecuencias de estas fisiopatologías son:
Pérdida de peso; disminución de proteínas circulantes y otros nutrientes: disminución de transferrina, proteína ligada al retinol, así como niveles plasmáticos de selenio, zinc y otros elementos; mala absorción, debido a diarreas.
Necesidades energéticas
Las necesidades energéticas varían según la evolución de la enfermedad; tenemos que calcular unas 40-50 kcal/Kg/día por término medio, si hay fiebre aumentaremos un 10-12% por cada grado que supere lo normal.
Lípidos: Las grasas son importantes para aumentar el peso, pero siempre teniendo en cuenta que no afecten a otras patologías ligadas a la enfermedad. Los aceites que contengan ácidos grasos esenciales son muy importantes: aceite de girasol y de oliva, éste último por ser monoinsaturado, soporta mejor altas temperaturas sin perder parte de sus nutrientes. No ocurre lo mismo con el de girasol, éste es mejor en crudo y a poder ser de primera presión en frío. Los pescados grasos también están recomendados por su alto contenido en ácidos grasos omega-3.
Proteínas: Son importantes para preservar la masa muscular, de 2 a 2,5 gr/Kg/día es la cantidad adecuada para aumentar los aminoácidos esenciales. No conviene abusar de las grasas animales, es mejor repartir estas cantidades con pescado, frutos secos. También podemos conseguir proteína de alto valor biológico mezclando legumbres con cereales (lentejas con arroz, con patata…)
Vitaminas, minerales y agua: Es importante que estéis bien hidratad@s, sobre todo si se sufren diarreas a menudo. Las vitaminas y minerales los podemos tomar de forma natural añadiendo a nuestra dieta verduras, frutas, frutos secos… También conviene saber que si añadimos vitamina C cuando comemos alimentos ricos en hierro aumenta considerablemente la absorción del hierro. No deberían faltar en nuestra dieta: aguacates, plátanos, nueces, aceitunas… Y si con la dieta no se tiene suficiente, siempre se puede recurrir a suplementos en comprimidos.
Hidratos de carbono: Hay unas cantidades establecidas, pero tratándose de intentar ganar peso, todos los que se puedan ya que son una fuente de energía muy importante y de absorción lenta. Hay que tener en cuenta que cuando nuestro cuerpo necesita energía primero recurre a los azúcares después a los hidratos de carbono y por último al músculo, situación a la que no debemos llegar.
Además:
El desgaste progresivo se produce por una pérdida de masa muscular. Sin embargo, algunas personas con VIH pierden masa magra pero no reducen su peso debido a que a su vez experimentan un aumento en la cantidad de grasa corporal. Según investigaciones llevadas a cabo en los últimos años, esto podría deberse a las alteraciones del metabolismo, proceso a través del cual el cuerpo transforma los nutrientes en energía (catabolismo) o los almacena para su posterior utilización (anabolismo). La pérdida de músculo se produce cuando el cuerpo se abastece de las proteínas para convertirlas en energía, en lugar de usar preferiblemente las grasas. Esto ocurre con mayor frecuencia en las personas con VIH debido a que las demandas energéticas del cuerpo aumentan de forma brusca durante períodos de enfermedad, o progresivamente por el estrés que el VIH causa en el organismo.
Otros factores que podrían estar relacionados con el desgaste son las alteraciones hormonales y la mayor producción de citoquinas en las personas con VIH. Parece ser que el VIH causa una afectación sobre la producción de varias hormonas en el cuerpo, cuyo aumento o disminución también contribuye a la alteración del metabolismo. Por su parte, la mayor producción de citoquinas provoca una hiperactivación del sistema inmunológico que tiene efectos negativos sobre el desgaste progresivo, causado por la propia excitación inmunológica y porque las citoquinas estimulan una mayor producción de grasas y azúcares, pero menos proteínas.
Otra causa implicada en el desgaste y la pérdida de peso en personas con VIH es la mala absorción. Los efectos secundarios relacionados con algunos medicamento antirretrovirales, como la diarrea y los vómitos, pueden ser la causa de que los alimentos no sean digeridos y absorbidos adecuadamente.
Finalmente, una alimentación con insuficiente contenido en proteínas y micronutrientes ricos en vitaminas y minerales también puede contribuir a la progresión del desgaste y a la pérdida de peso. Algunos estudios han mostrado que, como consecuencia de la actividad permanente del VIH, el sistema inmunológico requiere energía adicional para producir nuevas células y ayudar a reparar los tejidos dañados. Ciertos órganos como el hígado y los riñones, también requieren de un mayor aporte energético para procesar los residuos tóxicos provenientes de los fármacos antirretrovirales consumidos diariamente.
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